El Consejo de Administración de Unicaja Banco ha aprobado hoy la adhesión de la entidad al Código de Buenas Prácticas de medidas urgentes para deudores hipotecarios en riesgo de vulnerabilidad, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 22 de noviembre.
La entidad se suma así a las medidas propuestas para aliviar la carga financiera de las familias con préstamos hipotecarios a tipo de interés variable sobre la vivienda habitual. En este sentido, Unicaja Banco pretende ofrecer, como en otras ocasiones, soluciones adecuadas de cara a la financiación hipotecaria para apoyar a sus clientes en dificultad económica y contribuir así a aminorar el efecto derivado de la situación económica adversa actual marcada por la subida de tipos y por la escalada de la inflación.
Esta adhesión viene a reforzar el compromiso de Unicaja Banco con el Código de Buenas Prácticas de medidas urgentes de protección de deudores hipotecarios sin recursos, aprobado en 2012 y al que se adhirió la entidad en su momento, al igual que a sus sucesivas revisiones. Este Código de Buenas Prácticas establece un conjunto de actuaciones para la reestructuración de las deudas con garantía hipotecaria sobre vivienda habitual, encaminadas a la protección del deudor hipotecario.
Asimismo, esta adhesión se enmarca en el ejercicio de RSC de Unicaja Banco, que impulsa diferentes iniciativas de este tipo, como líneas de financiación y medidas de apoyo a las familias en situación de dificultad económica coyuntural, además de la aplicación del protocolo estratégico promovido por el sector bancario en 2021, revisado en 2022, para reforzar la inclusión financiera de la población, en general, y de ciertos grupos vulnerables, en particular.
Otras iniciativas en este sentido son, por ejemplo, la continuación de su adhesión al Fondo Social de Viviendas con una aportación de 500 viviendas en la actualidad, además de las actuaciones impulsadas durante la crisis generada por el coronavirus en 2020 para ayudar a particulares y empresas.
De este modo, Unicaja Banco ha desarrollado, al margen de las medidas coyunturales de apoyo debidas al COVID-19, líneas de financiación y apoyo a las familias, entre ellas las relativas a la vivienda de carácter social. La entidad viene desarrollando un conjunto de medidas (renegociación de las condiciones financieras, reestructuración y refinanciación de deudas, dación en pago y alquiler social) orientadas a facilitar que los clientes en situación de dificultad económica coyuntural puedan satisfacer el cumplimiento de las obligaciones derivadas de los préstamos contratados, de las que se beneficiaron algo más de 2.800 familias en 2021.
Por otro lado, tras la adhesión al protocolo estratégico promovido por el sector bancario para reforzar el compromiso social y sostenible de la banca, en relación, en especial, con las personas mayores y con discapacidad, Unicaja Banco ha implantado una serie de medidas: ampliación de los horarios de atención presencial para servicios de caja proporcionados en ventanilla o en cajero; desarrollo de planes formativos específicos a empleados y a clientes; atención telefónica preferente sin coste, a través de un interlocutor personal; mejora de la accesibilidad y sencillez de toda la red de cajeros automáticos, entre otras.
Adicionalmente, Unicaja Banco ha mantenido su adhesión al Convenio del Fondo Social de Viviendas (FSV), destinado al alquiler para familias en situación de especial vulnerabilidad. La entidad aceptó en diciembre de 2021 una nueva prórroga del Fondo, hasta enero de 2023.