Unicaja ha publicado el séptimo número de su informe ‘Previsiones Económicas de Asturias’, que, como en ediciones anteriores, ha sido elaborado por Analistas Económicos de Andalucía.
El informe de la sociedad de estudios del Grupo Unicaja se divide en tres apartados: 1) Entorno económico, 2) Evolución reciente de la economía asturiana y 3) Previsiones económicas de Asturias 2025 y 2026.
En el primero de los apartados se describe el contexto económico internacional y nacional. En el segundo, se realiza un análisis de coyuntura de la economía de Asturias, prestando especial atención a la evolución de sus principales magnitudes, de acuerdo con la estructura productiva de la región. Y, finalmente, en el tercero, se incluyen las previsiones sobre la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) y el empleo para la Comunidad asturiana para el conjunto de 2025 y 2026.
Entorno económico mundial y nacional
Según la OCDE, la economía mundial mantuvo en 2024 un significativo crecimiento, pero con bastante heterogeneidad por regiones y sectores, con una sólida expansión en Estados Unidos y China y un débil crecimiento en la zona euro. De cara a los próximos trimestres, las perspectivas económicas son inciertas. Para este organismo, uno de los principales riesgos para las proyecciones de crecimiento es una mayor fragmentación de la economía mundial. Un aumento mayor y más amplio de las barreras comerciales afectaría al crecimiento a nivel mundial e incrementaría la inflación, lo que derivaría en una política monetaria más restrictiva.
La economía española sigue siendo la que muestra un crecimiento más robusto entre las principales de la eurozona y la que, según la OCDE, sufriría un menor impacto directo por las tensiones comerciales. El crecimiento del PIB en el cuarto trimestre de 2024 volvió a sorprender al alza (0,8%), pese al impacto de la DANA de finales de octubre, de forma que en el conjunto del año el crecimiento ha sido del 3,2% (0,9% en la zona euro), medio punto superior al de 2023, debido a la mayor aportación de la demanda interna.
Según las últimas proyecciones del Banco de España, las tasas de crecimiento del PIB mostrarán una desaceleración gradual en los próximos trimestres hacia valores acordes con la capacidad de crecimiento potencial de la economía española. El crecimiento se apoyará en el dinamismo de la demanda interna, con una mayor aportación del consumo privado, dada la evolución favorable prevista para la renta disponible y el empleo, si bien estas proyecciones no incorporan aún ningún incremento de aranceles de EE. UU.
Evolución reciente de la economía asturiana
Según estimaciones de AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), el ritmo de crecimiento de la economía asturiana se mantuvo estable en la segunda mitad de 2024, creciendo el PIB un 0,9% en el tercer trimestre y un 0,8% en el cuarto. En términos interanuales, el crecimiento se intensificó hasta el 3,2%, estimándose para el conjunto del año un crecimiento de la producción del 2,5% (3,2% en España).
Desde la perspectiva de la demanda, el consumo privado mostró un comportamiento positivo en 2024, más favorable en la segunda mitad del año, coincidiendo con la mejora del empleo. Las ventas minoristas crecieron un 1,5%, algo por debajo de la media nacional, si bien, descontando las estaciones de servicio, las ventas crecieron a mayor ritmo y por encima del promedio de España. Por su parte, la producción industrial de bienes de equipo refleja la debilidad de la inversión empresarial, en tanto que la inversión residencial ha mejorado de forma significativa, creciendo las compraventas de viviendas más de un 15% en 2024.
Por lo que se refiere a la demanda exterior, el valor de las exportaciones de bienes ha disminuido alrededor de un 8% en 2024, frente al estancamiento registrado a nivel nacional. Este descenso se ha debido, principalmente, a la disminución en las exportaciones de productos energéticos y semimanufacturas; especialmente carbón, hierro y acero, mientras que el valor exportado de bienes de equipo (casi una cuarta parte del valor exportado por la región) ha aumentado casi un 4%.
Desde el lado de la oferta, el crecimiento de la economía asturiana en 2024 se habría sustentado, en mayor medida, en los servicios, aunque se aprecia una cierta ralentización en los de mercado, tal y como reflejan algunos indicadores, entre ellos el empleo.
En lo que respecta al mercado de trabajo, el ritmo de aumento del empleo se intensificó en la segunda mitad de 2024, creciendo en el conjunto del año a mayor ritmo que en el conjunto nacional y que el registrado en 2023, según las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA). Asimismo, las cifras de afiliación a la Seguridad Social muestran también una trayectoria favorable del empleo, con un aumento cercano al 2% interanual desde septiembre del pasado año, aunque más moderado que el registrado en el conjunto nacional.
Según la EPA, el número de ocupados en el cuarto trimestre de 2024 creció en 7.700 con relación al trimestre anterior, debido al crecimiento en los servicios y en la construcción. En términos interanuales, el empleo aumentó un 8,6% (2,2% en España), destacando la subida en términos absolutos en el sector servicios, sobre todo de no mercado. Por su parte, el número de parados disminuyó un 27,3%, al tiempo que la población activa ha crecido a un fuerte ritmo. La tasa de paro quedó situada en el 8,1% (10,6% en España), en torno a 3,5 p.p. por debajo de la de un año antes.
Previsiones económicas de Asturias para 2025 y 2026
Las previsiones realizadas por la sociedad de estudios del Grupo Unicaja apuntan a que, en el conjunto de 2025, el PIB regional podría crecer un 2,1%, una tasa algo inferior a la media española (2,4%) y a la registrada el año anterior. Estas previsiones no incorporan el impacto de la ‘guerra comercial’ iniciada por Estados Unidos, ya que es prematuro aún anticipar cuál puede ser su evolución, con anuncios de medidas, contramedidas, prórrogas y negociaciones.
En cuanto a 2026, las primeras estimaciones de Analistas Económicos de Andalucía sitúan la tasa de crecimiento del PIB en el 1,6%, en torno a medio punto inferior a la de 2025 y algo por debajo también de la estimada para la economía española (1,9%). Las crecientes tensiones comerciales suponen uno de los principales elementos de riesgo para estas proyecciones, por su potencial impacto sobre la actividad global, la inflación o las cadenas de suministro.
El número de ocupados podría crecer un 1,9% en el promedio de 2025, destacando sobre todo el aumento en el sector servicios. El número de parados mantendría su perfil descendente y el crecimiento de la población activa sería más moderado, reduciéndose la tasa de paro hasta el 9,2%, en torno a un punto inferior al promedio de 2024. Esta tasa podría reducirse de nuevo en 2026, hasta el 8,8%, en tanto que el número de ocupados crecería un 1,5%.
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